sábado, 22 de enero de 2011

El misterio más profundo de la vida

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En todo siempre hay un costado siniestro


La monstruosa inconsciencia
pudo ser el arma de tus manos,
tu secreto instrumento / Sin texto
ni pretexto:

La entelequia era tu meta
seguiste tras su metálica rabia
con la sed inmisericorde
de todos los puntos desiertos

ávido de recibir esa palabra
que va rasgar el celo, retama luminosa
que sólo brota
de la raíz del cielo más oscuro

con alas múltiples de dolor
mutaste a radiante luciérnaga
libélula que huye liberada
con ojos inexplicables

y esa bestia tan oscura
negro dibujo, tan aberrante
tan inhumano, que se evanesce
que gime con gemidos bizarros
y casi llora cuando se le acaricia.

Dibujos mimetizados
simulando delicia
ante el horror del monstruo
mas, dime ¿sentiste escalofríos?

¿te atormentó el estremecimiento del placer?
¿acaso tuviste pena de mirarle enloquecer?

quizás sin darse cuenta
llegó a amarte…
acaso no fuiste el artífice
del labio prófugo de aquel centauro
o el corazón sufriente de la hidra

o tal vez sólo viste en ellos
al hijo indescifrable del dolor
con sus gafas de gas licuado


recibiste de esa frente suya
que escapaba presurosa
de los retumbos del clímax
sumido en cumbres y abismos
un soterrado y tenebroso oficio

dibujar desde un punto quieto
el pabilo humeante y el halo frío
en ello te hermanaste con todos los poetas,
porque decodificar la alcoba del monstruo
es el misterio más profundo de la vida

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martes, 11 de enero de 2011

Dibujos de como soy

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En todo siempre hay un costado siniestro


Soy el lápiz y el pincel que arde
el lienzo y la hoguera
el que rasga la penumbra
y en silencio devora la noche,
un monstruo abre tu pecho.
y se bebe el líquido trasparente
que fluye de tus arterias

una gota roja cae de tus ojos,
la nada soy, pero vivo
en la palestra de tus fantasmas
el firmamento llora sus antojos
hay una mano que toma
el cuchillo, y me divide

y mana un maná extraño
yo soy el que te alimenta
de encarnizadas ilusiones
soy la leche de la vía láctea
soy apenas un sonrojo de la luna

no soy tintero sino la tinta
con la que dibujo los sentimientos
no soy lluvia que cae con aspavientos
sino el agua que reposa en el pavimento
no soy la pincelada
sino el pincel, a veces corto, a veces largo
y a veces soy el mostro de tus sueños

Soy el que corta el claroscuro
y rasga las venas de tus ensueños,
no soy la brisa fría que te hiela
sino el humor entre tus piernas,
soy abril aunque podría ser noviembre

no soy címbalo que retiñe a latigazos
sino la seda que acaricia tu espalda
soy un salmo dibujado en tu carne viva
no la sal que te sala las heridas
no soy el aire que escuece
sino la brisa que penetra tus pulmones
soy la nada mirando como te miras al espejo
soy tiesto sin planta, que nadie planto
un sueño o un invento sin inventariar

soy el que llama a la puerta de tu imaginación
el que escucha tu risa y tu llanto
soy el niño que observa
solitario, enajenado
un muro en blanco
en el sanatorio.

Soy la bofetada en mi rostro
el escupitajo en mi faz
el talante en tu carne
el clavo en tu palma
taladrando tu orgullo falaz

soy ardor, pasión, el dolor
tu dolor apetecido, lo que gustas sangrar
soy el que lame tu sudor
el que huele la tibieza de tu sexo

soy la lengua que profana
tu cuerpo difamado, relamido
el clímax en tus húmedos labios
soy placer, tu placer desorganizado
soy sudor evaporado
tu sudor, lo que quieres sudar
antes de morir.

Soy el cadáver en el cuarto
el cuerpo descuartizado
lo que has urdido y se pudre
el que no respira

soy la angustia de tus desvelos
las ganas de suicidarte
soy la cuerda que ata tus manos
a tus celos

soy el fármaco siniestro en tu estomago
el ácido lisérgico en tu lengua

soy la soga en tu cuello desogado
el filo que corta lo letal de tu piel
soy la sangre en tus manos tintas

el indigente que estira la mano
soy el borracho vomitando borrones
y cuentas nuevas
soy lo que odias, lo que desdeñas
lo que aborreces, sin borrar
no soy tu padre ni tu sacerdote
soy el grito apagado
de la que no es tu madre


soy la frustración ahogada
en los gerundios de tu almohada
perspectiva de lo ido
soy la lagrima desdibujada
el antidepresivo, oprimido

soy el que sano lo que te han mutilado
el que se pierde en tu laberinto
tu hilo emocional,
soy la risa revertida en siniestra levedad
que se dibuja en tus labios
al verme morir.


el dibujante

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